Podemos encarar la lectura las leyendas de Bécquer siguiendo un esquema basado en la respuesta a una serie de preguntas :
1)¿Dónde y cuándo se desarrolla la acción?
2) Personajes principales.
3)¿Cuál es el elemento sobrenatural?
4) ¿Cómo se recrea el marco romántico?
5) Desenlace
Hay un frío cuajado en la atmósfera.
Un gris denso y opaco sin fisuras. Una niebla extraña sin lugar donde quedarse.
Hay niños bajo los álamos. Juegan al invierno sus caritas rosadas como Tiny Tim limpiando su canica del barro.
Hay un te quiero de novio en la pareja mayor que mueve su café. Dos camarera pin up con una pestaña alta bañada en rimmel atienden sonrisas.
Coros de juventud sobre patines. Un padre en el hielo, una madre y una fotografía
Un rumano abriendo impúdicamente el acordeón. Una moneda que salta…
Un descaro de vida, un júbilo del descanso. Es domingo y el reloj ya no respira.
Hoy tengo un Dickens somnoliento en mi tiempo.
EMOTIVA DESPEDIDA
Era de los pocos analfabetos que debían de quedar en España: firmaba con su dedo índice porque de niño no pudo ir a la escuela. No obstante, como era muy avispado, aprendió a silbar como un jilguero. El día que lo enterraron, en mitad de la ceremonia, se oyó un gorjeo maravilloso con quiebros imposibles y florituras. El párroco detuvo la ceremonia y preguntó al único monaguillo que tenía:
—¿Por dónde ha entrado el pájaro?
El chaval respondió:
—Creo que ha venido con la comitiva fúnebre.
Sin más, recibió una discreta colleja.
Por Ángel Fabregat
Esté microrrelato y otros muchos más los podéis encontrar en mi libro "EL CIELO EN RUINAS (Me Gusta Escribir, 2015)".
Microrrelato de Ángel Fabregat: El suceso
Cada tarde al volver del trabajo en el tren de cercanías de las 18:45, veo a mi mujer de pie en el andén alzando cada tanto la cabeza, como si buscara a alguien. Cuando el tren ya ha reanudado su marcha, me acerco a ella y le digo:
—Siento que hayas tenido que esperar tanto, pero hoy iba con algo de retraso… Eh, ¿me escuchas?… Soy tu marido… ¡María! ¡María!…
Ella mira y mira ensimismada, mientras nuestro perro me ladra. Cuando no queda nadie en el apeadero se va entre lágrimas. Así llevamos desde que estalló aquella bomba en el vagón.
